viernes, 27 de abril de 2012

Bienvenida

Estimados residentes:

Comienza para vosotros una nueva y apasionante etapa durante la cual alcanzaréis las competencias necesarias para el ejercicio completo y responsable de la profesión de Especialista en Pediatría y sus Áreas Específicas, en medicina y en enfermería. Nuestra especialidad tiene unas particularidades sobre las que creo que, éste, es buen momento para reflexionar. Pensad que nuestra profesión nace esencialmente por razones sociales en un momento histórico, a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, en el que el abandono de niños y la mortalidad infantil eran tan elevados que algunos médicos comenzaron a interesarse en las enfermedades pediátricas en los orfanatos. Así es que la dimensión social de la pediatría es consustancial a la misma. Velar por los derechos de la infancia y su protección forma parte de nuestra obligación profesional.

            En los últimos años ha habido una cambio notable en el paradigma de la relación con el enfermo, y de la afirmación hipocrática “Para el tratamiento me inspiraré en el bien de los enfermos, en lo que yo pueda y sepa” hemos pasado al principio de autonomía según el cual las decisiones sobre la salud del enfermo corresponden al propio enfermo; en nuestro caso a sus padres. Vigilad para que sean protegidos los mejores intereses de los niños. Ellos son siempre los más débiles. Creo que el principio de beneficencia aún debe ser faro de nuestra profesión. ¿Cómo no vamos a ser paternalistas los pediatras; quién si no?

            La sociedad invierte en sanidad casi la mitad de sus recursos y nos los entrega. Usarlos con responsabilidad no es sólo profesionalidad; es pura justicia social. Sentiros en deuda con ella; nos ha privilegiado con nuestra formación y tratad de devolver cuanto podáis de ese privilegio. Sed pues rigurosos con el gasto y considerarlo como una parte de la buena praxis. No obstante resistiros cuando en aras de esa responsabilidad os traten de imponer actitudes contrarias a la equidad, la justicia o el mejor interés de vuestros pacientes. Habéis firmado un contrato en el que faltan indicadores y cláusulas trascendentales en la profesión. Sólo vosotros podéis preguntaros por esos indicadores ¿he tratado a mis pacientes cómo me hubiera gustado que me trataran a mí?, ¿cuánto dolor he aliviado?...; como médicos y enfermeros habéis elegido vuestra profesión pero el enfermo no ha elegido su enfermedad. Debéis estar dispuestos a entender en estos términos la profesión que vais a desarrollar a lo largo de los próximos 30 o 40 años.            

            Tenéis la oportunidad de aprender bien la profesión; aprovechadlo. Exprimid a vuestros tutores y a quienes os puedan enseñar. Sabed que esta profesión, como ninguna, está en permanente cambio y el estudio ha de ser continuo. A veces es duro, pero no hay otra forma; así es que debéis aprender a estudiar, a evaluar el valor de la ingente información que nos inunda. En la era de internet, es imprescindible que sepáis usar esta herramienta con sentido crítico, y no abandonéis el estudio en libros; la mayoría de los conocimientos verdaderamente asentados están en ellos. Cada incertidumbre que os asalte en el diagnóstico y tratamiento, lo que os ocurrirá a diario, intentad resolverla. Sed críticos y preguntaos ¿por qué hacemos las cosas como las hacemos?; comprobad si la literatura científica os responde a esas preguntas y si no halláis respuesta satisfactoria, plantead la investigación como una necesidad propia de vuestra profesión y tratad de desarrollar el proyecto que acabe con esa incertidumbre. Sólo así se progresa y os invito a que forméis parte de ese progreso. Y una vez que sepáis algo que los demás no sabemos, trasmitidlo. La docencia no es sólo dominio de las universidades o los grandes hospitales. Enseñar y participar en la formación de los demás es también una manera de aprender. Probablemente la mejor manera de saber las inmensas lagunas de conocimiento que todos tenemos y sin ese sentido de “saber lo que desconocemos”, tampoco es posible progresar.

            Bienvenidos a nuestra Unidad Docente Multiprofesional de la Región de Murcia. Sed también críticos con nosotros. Todo lo que precede en estas líneas de bienvenida muchas veces se nos olvida y vosotros podéis y debéis recordádnoslo. Mis mejores deseos para estos años que, ya me contaréis, pueden ser los mejores de vuestra vida.
Fdo. Prof. Dr. Manuel Sánchez-Solís de Querol.
Jefe de Estudios
Presidente de la Unidad Docente Multiprofesional de Pediatría

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